Regnum Christi Chile

REGNUM CHRISTI

Deben estar siempre dispuestos a servir a aquel que necesite

En una emocionante ceremonia el Cardenal Ricardo Ezzati, Arzobispo de Santiago ordenó a tres nuevos diáconos Legionarios de Cristo en la Parroquia Madre de Misericordia. El próximo 12 de diciembre, estos tres servidores de Cristo recibirón el orden sacerdotal en Roma, junto a otros 40 compañeeros de generación.

Una gran fiesta se vivió este sábado 4 de julio en toda la familia Regnum Christi y en la Iglesia Local. Los chilenos Alexis Gatica y Felipe Rivas y el español Alberto Puértolas fueron ordenados diáconos en la Parroquia María Madre de Misericordia.. Acompañados por sus familias, amigos, Legionarios de Cristo, consagradas y miembros de Regnum Christi Chile estos futuros sacerdotes

En su prédica Monseñor Ezzati destacó que este “es un momento de celebración de la presencia del Señor en la Iglesia, que sigue realizando cosas maravillosas para que los hombres y mujeres podamos encontrarnos con el Señor Resucitado”.  En su  homilía el Cardenal recordó la figura del diácono revelada en los Hechos de los Apóstoles donde se manifiestan como colaboradores cercanos en el mandato central de Jesús que proclamó que vino a servir y dar su vida por los demás”.  El Arzobispo les enfatizó que sus vidas “deben ser imitación de Jesús; la dimensión diaconal forma parte de nuestra esencia de cristianos, que es quien sirve para estar ahí donde el hermano necesita nuestra ayuda”.

Aludiendo a la historia de Abraham, el Cardenal  se dirigió a los padres de los nuevos diáconos a quienes les señaló que esto puede parecer que Dios les ha pedido sacrificar a sus hijos, como lo hizo con Isaac, pero los llamó a “ser amigos cercanos de sus hijos durante este caminar aunque aparezcan dificultades, alentándolos con el hecho de que al igual como  Dios fue en auxilio de Abraham,  Dios siempre provee”.

Enfatizando la esencia de servicio que debe tener el diácono, citó la parábola del Buen Samaritano explicándoles que allí se resume las 3 actitudes de esta experiencia de servicio: “el buen samaritano en primer lugar se da cuenta de que hay alguien que necesita y  esa es la actitud de tener los ojos abiertos; en segundo lugar, señaló,  el buen samaritano se conmovió ante lo que vio y no se quedó indiferente; y finalmente, agregó,  el buen samaritano baja de su cabalgadura y se pone a servir con gestos continuos y muy concretos. Todo lo anterior es lo que nos hace ser coherentes con esta vocación de servicio”, concluyó.

 

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