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“Es muy recomendable darse tiempo para el proyecto común más importante que es el matrimonio y la familia”

Veintidós parejas participaron en estas instancias de crecimiento personal y conocimiento matrimonial en que fueron dirigidos por el P. Javier Caballero L.C y el P. Santiago Pérez L.C. “Es un momento para detenerse y tener un espacio en pareja, revisar dónde están y cómo están viviendo ese compromiso que asumieron hace unos años a través del sacramento del matrimonio y sobre todo qué quiere Dios de ellos como proyecto de pareja”, explica el Padre Javier.

“Fue un espacio de reflexión, encuentro y descanso muy necesario para los tiempos que estamos viviendo con la pandemia. El formato fue perfecto porque integró lo humano con lo divino al tener instancias de oración, pero al mismo tiempo de recreación”, destaca Trinidad Undurraga quien ya tiene 16 años de matrimonio junto a Rafael Cortés y 5 niños. Comenta que participaron de estas jornadas por una invitación que les hizo el Padre Santiago, quien dirige el grupo de matrimonios que tienen en Buin y que nació desde Familias Misioneras.

Las renovaciones este año duraron todo un fin de semana de viernes a domingo. En ellas se desarrollaron diversas actividades tanto espirituales como formativas y recreacionales. “El propósito es que estén orientadas al diálogo y a la convivencia de la pareja de modo que puedan profundizar como matrimonio”, afirma el sacerdote.

Para Catalina Muñoz, quien tiene 28 años de matrimonio junto a Pedro García y 7 hijos comenta que “es muy recomendable darse tiempo de pareja por el proyecto común más importante que es el matrimonio y la familia”. En su caso no es la primera vez que realizan una renovación matrimonial. “Lo que más me gustó es una actividad que nos propusieron: escribir los misterios de nuestra vida juntos: los gozosos, dolorosos, gloriosos y luminosos para luego rezarlos. Me ayudó a ver que en realidad los misterios dolorosos son bastante menos que los otros tres”, indica.

Tanto Trinidad como Catalina valoran este “alto” que se hace en el día a día para tener un espacio juntos de diálogo, escucha, reflexión y oración. “Conversar temas que en el día a día es difícil de plantear y descubrir que ese amor primero, en nuestro caso de hace más de 25 años, aún está presente es precioso”, concluye.

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