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VIDA RC | Cuarto año de voluntariado en Costa Rica

Por cuarto año consecutivo, el Hogar Cristiano de las Misioneras de la Asunción en Costa Rica recibió del 13 al 27 de febrero a las voluntarias del Reino La Dehesa, que junto a Clara Sierra, Ana Gaby De Santiago y Tere Del Valle, ayudaron en sus tareas diarias, contribuyeron en la formación de sus voluntarias y apoyaron en la transmisión de virtudes a los más de 70 niñas y niños que viven en el hogar. Fue un voluntariado que significó un crecimiento personal y espiritual muy grande para las once voluntarias debido a los vínculos y lazos de amistad creados durante el viaje.

Josefina Cruz – Reino La Dehesa

“En un comienzo estaba muy expectante y ansiosa por lo que sería  esta experiencia, y no estaba segura de estar realmente dispuesta a irme luego de todo lo ocurrido en la PSU y la situación nacional, ya que pensaba que quizás no era el minuto adecuado. Pero debo decir que me equivoque. El irme a este voluntariado fue la mejor decisión que podría haber tomado, es una experiencia única que cambia corazones y que realmente cambio el mío. El llegar y que todos estos niñitos corrieran a abrazarte sonriendo de oreja a oreja, esperando jugar contigo o simplemente conversar es inexplicable. Aprendí y entendí que sea donde sea, sin importar el país, el acento o la historia de cada persona hay una sola cosa que une y es el amor. Creo que estas dos semanas fueron una gran instancia tanto de autoconocimiento como de  ver la vida con otra perspectiva que me ayudaron a  crecer mucho como persona e implantaron en mis ansias de ayudar al mundo y dar a conocer a Dios en distintas circunstancias y maneras”. Estoy totalmente agradecida por estas dos semanas, y por lo abundantes y fructíferas que fueron”.

Ignacia Valderrama – Reino La Dehesa

“Las pasadas dos semanas son inexplicables. Fue una experiencia 360. Una va con la sensación de que lo que se viene es “fuerte”, “delicado”, etc… pero nadie realmente puede explicar lo que es estar 10 días rodeadas de 78 niños vulnerables que lo único que quieren es amor, tanto recibirlo como darlo. ¿Experiencia fuerte? Sí. ¿Experiencia delicada? También. ¿Experiencia llena de amor? Totalmente. Fuimos testigos de lo que es realmente vivir con poco. Estos niños son tan felices con lo que los rodea, que nos dejaron enseñanzas realmente profundas. Jugaban con los árboles, cosechaban y comían mangos todo el día, hacían sus oficios sin ningún signo de reclamó. Y como explicar las caras que ponían cuando nos veían, creo que expresaban tanta emoción como nuestras caras al verlos a ellos. Fueron dos semanas de pura vida en abundancia”.

Antonia De la Cuadra – Reino La Dehesa

“Es muy difícil tratar de resumir lo que fue nuestro viaje en palabras, cuando todo lo que fue es sentimientos y experiencias que no se pueden entender sólo escuchándolas, sino que hay que vivirlas para gozarlas. Cuando tome la decisión seis meses antes de ir, nunca me imaginé que fuese una experiencia tan completa tanto a nivel personal, como social y de mi relación con Jesús y la Iglesia. Fui buscando muchas respuestas… cosas importante para mí como cuál era el sentido de la felicidad, cuál era la razón por la que las distintas realidades podían vivir juntas, qué era lo que movía al mundo. Me fui con una sola respuesta y esa es amor. Costa Rica fue puro dar, recibir y entender el amor. También ver que provoca su falta, pero sobre todo lo que puede llegar a sanar su abundancia. Fueron dos semanas que me pusieron los pies en la tierra y la felicidad en el corazón. Una oportunidad que todos deberían tener”.

Tere Del Valle – Reino Las Condes

“El voluntariado de Costa Rica definitivamente fue una experiencia que logró sorprenderme como no esperaba ser sorprendida. Partimos estos días llenas de energía y de ganas de entregarnos a los demás, y sobre todo con muchas ganas de entregarles a estas niñas todo el amor que tanta falta les ha hecho a lo largo de su vida. Pero como siempre, descubrimos al pasar de los días que Dios no se deja ganar en generosidad, que necesitábamos entregarle todo lo nuestro a estas niñas, para así vaciarnos de nosotras mismas y tener espacio para que Dios entrara de lleno. Fue un llenarse de eso que no sabíamos que necesitábamos, pero que a la vez tanto nos hacía falta, llenarnos de Dios mientras descubríamos que Él vivía plenamente en cada una de las niñas con las que estuvimos, y que tanto nos enseñaron en estas dos semanas”.

Ana Gaby De Santiago – Colaboradora

“Es imposible explicar en palabras lo vivido en el hogar cristiano en Costa rica. Fue una experiencia hermosa, porque pudo haber sido un voluntariado cualquiera en cualquier parte del mundo, pero el haberlo vivido bajo la espiritualidad del Regnum Christi lo hizo único y especial. Fue en esa experiencia en la que Jesús nos dijo de manera muy clara “este es mi corazón: tómense el tiempo de conocerlo, consolarlo y sobretodo amarlo. Y fue así como vivimos esta experiencia: conociendo la alegría que hay en su corazón al amar a Dios Padre en todo lo que hacemos, conociendo el inmenso amor que hay en el corazón de Jesús para amar a cada uno de esos 78 niñitos y a cada una de sus 14 voluntarias, y amándolo en los niñitos y a través de ellos. Fue un regalo el haber tenido meditaciones, momentos de reflexión, de adoración y de oración en medio de la intensidad del día y de las experiencias que íbamos teniendo; fue clave el tener esos momentos para poder seguir con nuestra misión, pues era muy necesario el recordarnos que solas no podíamos y que al final, no teníamos nada para darles más que el amor del Padre… pues nosotras nos íbamos, pero su amor permanecería por siempre. Eternamente agradecida por esta experiencia de amor”.

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